- PRESENTACIÓN.
- Scheler (1874-1928) es uno de los filósofos más importantes del siglo XX. Cercano a la fenomenología de Husserl, fue profesor en Múnich y en Colonia, desarrollando una labor filosófica de gran amplitud temática: se le considera fundador de la antropología filosófica, de la filosofía de la religión y de la sociología del conocimiento. Además, su aportación a la ética es fundamental. En todos estos ámbitos aparece un tema común que es clave en su filosofía: el concepto de valor.
- LA EXISTENCIA DE LOS VALORES.
Scheler considera que, al intentar describir los hechos y la realidad, encontramos unos contenidos esenciales que no son racionales no se someten a las reglas de la lógica: se trata de los valores. Estos valores son intemporales y pueden ser captados directamente, sin que tengan relación con significaciones. Es decir, en el mundo del ser humano y de la historia descubrimos la existencia de valores, independientemente de sus realizaciones concretas. Esto es importante en el terreno de la ética, en el terreno del conocimiento y en el de la antropología, pues, a partir de la afirmación de Scheler, diremos que el hombre no está en la naturaleza, sino que el hombre está en el mundo, es decir, es una realidad construida históricamente y preñada de valores. Una de las obras más importantes de Scheler se titula El puesto del hombre en el cosmos. En ella afirma que el ser humano tiene una novedad respecto al resto de los seres vivos: al tener “espíritu”, el hombre se sitúa por encima de la naturaleza. Su horizonte ya no es el del “medio”, sino el del “mundo”, por eso tiene una dimensión superior.
- LA AXIOLOGÍA O CIENCIA DE LOS VALORES.
Según Scheler, la sociología “analiza todo el inmenso contenido, subjetivo y objetivo, de la vida humana desde el punto de vista de su determinación “efectiva”, por eso conlleva una filosofía de la historia. Estudia así los tipos y grupos humanos descubriendo en ellos los elementos comunes que permiten establecer los fundamentos de la cultura, los valores. Por eso construye una “axiología” o ciencia de los valores. Esta axiología tiene principios tales como, por ejemplo, que la existencia de un valor positivo ya es en sí mima un valor positivo, o que la inexistencia de un valor negativo es un valor positivo. Estos contenidos se nos muestran como “transparentes”, es decir, evidentes. Son también independientes de la forma de ser en que aparecen (es decir, si están en una cosa, en una persona, etc.). Scheler distingue cuatro tipos de valores: los sensibles, los vitales, los espirituales y los religiosos. Ellos son los que dotan de sentido a la acción y al conocimiento, pues, por ejemplo, la vida tiene valor porque existen valores “relativos” a la vida. Esos valores no son “colocados” de manera externa sobre las cosas, sino que son intrínsecos a ellas, no pueden desprenderse de lo conocido pues, en tanto que conocidos, ya son interpretados con un sentido.
Puesto que se puede establecer una jerarquía entre los valores, el conocimiento de estos es lo que denominamos “preferir”, es decir, elegir el valor más importante (el espíritu) frente a lo más urgente (la vida). Hacer tal elección es cumplir el ideal del ser. Aunque a veces hay individuos o grupos que parecen perder la capacidad de estimar ciertos valores, una “ceguera axiológica” que les lleva a no considerarlos. Esto explicaría que determinadas sociedades o momentos históricos hayan valorado diferentemente la realidad.
- CONOCIMIENTO Y VALOR.
La “esencia” del valor tiene influencia en todos los aspectos, también en el del conocimiento. Todo lo que conocemos lleva inscrito un valor, lo que significa que no es un mero hecho, como quería el positivismo, sino una realidad con sentido. Esto es lo que aporta Scheler: la convicción de que no puede entenderse el mundo prescindiendo de sus contextos y sus significados, es decir, de sus valores. Por eso nos acerca más al propio ser humano y a la vida.
Captar los valores en la realidad le permite al ser humano ocupar un lugar especial en el mundo. Por ello, el conocimiento también está mediado por esa singular condición humana.
- TEXTO.
“Conocemos un estadio de la captación del valor en el que se nos da el valor de una cosa con mucha claridad y evidencia, sin que se nos dé el portador de ese valor. Así por ejemplo, un hombre nos resulta desagradable y repulsivo, o agradable y simpático, sin que seamos capaces de indicar en qué reside esto; así también, aprehendemos un poema o cualquier obra de arte durante largo tiempo como “bella”, “fea”, como “noble” o “vulgar”, sin saber ni por asomo en qué propiedades del contenido representativo reside esto (…) En tales casos se revela muy claramente hasta qué punto son los valores independientes en el ser de sus portadores (…) En consecuencia, es claro que las cualidades de valor no varían con las cosas. Así como el color azul no se torna rojo cuando se pinta de rojo una bola azul, tampoco los valores y su orden resultan afectados porque sus depositarios cambien de valor. El valor de la amistad no resulta afectado porque mi amigo demuestre falsía y me traicione”.
(M. Scheler. El formalismo en la ética y la ética material de los valores. En Ética. Madrid, Revista de Occidente)
- ¿Cómo definirías “valor”? ¿Qué es la axiología?
- ¿Podemos conocer el mundo sin recurrir a los valores?
- ¿Por qué son tan importantes los valores en la vida de las personas?
- ¿Estás de acuerdo con Scheler en que “la realidad está preñada de valores?
- ¿Son históricos los valores? ¿Dependen de un tiempo o de una cultura?
FUENTES:
(AA.VV. Areté. Filosofía 1. Editorial SM. Madrid. 2002. Vicenta LLorca Darias.)